El Manga, una forma de ser - Reflexión




Hay muchos medios culturales, métodos de entretenimiento, formas de pasar el tiempo, de despejar la cabeza, o, de escapar por un momento de este mundo que nos vuelve loco a todos. Cómo muchos deben saber, mi favorito entre todos es el manga.
Pero ¿Por qué?
No creo que sea por qué me enganché con ciertas historias desde mi niñez y las continúo actualmente gracias a que, con el paso continuo del tiempo, e madurado yo, el mangaka que cuenta la vida de cada personaje, y la trama que va creciendo sin parar siendo funcional al lector, que sin importar su edad la puede disfrutar.
No creo que sea por la hermosa combinación de dibujo y escritura, dos de los artes más antiguos del mundo juntos para el deleite de todos, desde el más fino que se fija en cada detalle, hasta el que quiere ver dos palabras lindas o épicas y un beso o muchos puñetazos.
No creo que sea porqué la cultura japonesa es única, como dije en el anterior artículo, nos enseñan muchísimas cosas, aunque no quiero hacerles perder el tiempo a los que ya lo leyeron.
No creo que sea por el japonés en general, con sus ideas alocadas, extrañas, tiernas, emocionantes; que generan dolor, tristeza, alegría, odio; ideas que pueden causar guerras entre personas por diferencias de opiniones, que pueden generar desastres a tal punto de ocasionar suicidio, y no solo en Japón; ideas increíbles que nos atrapan a mí y a tí.
Si, no creo que sea por ninguna de esas razones, supongo que solo soy un bicho raro, o un inmaduro, seguro que esto es una moda pasajera, un simple juego de niños, o de adultos que no quieren crecer.
Supongo que es así.

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